Corría y corría porque era perseguido. Siempre mirando hacia atrás, siempre perdido, sin poder hacer vida normal, siempre compungido. Saltando de un lugar a otro, sin saber a donde ir, por mucho que se esconde, siempre le encuentran. Con los ojos desencajados y no puede dormir, sigue siendo su esclavo para sobrevivir.
Cree que cuando está ella no le pueden encontrar y que cuando le falta en la vida, le vuelven a localizar, y vuelve a correr, para encontrar, a esa dama blanca que en el poblado le dan.... Y otra vez protegido por ese polvo diabólico, que cuando le falta le persiguen los demonios.
JMMC (FICCIÓN)
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