domingo, 11 de marzo de 2012

La Procesión de la almas en pena

Relinchaban los caballos en las noches de tormenta.
Los jinetes avanzaban de una forma violenta
Con sus rostros cadavéricos, con sus uñas afiladas
Armaduras oxidadas, y espadas con cabezas clavadas


Los guerreros del averno han aparecido en la Tierra
No quedará humano con vida ni con cabeza la perra
Buscan la venganza por todo lo que han pasado
Vagando centenares de años, por amarga terra


Tenebrosos rayos iluminan el camino
Quien se cruza con la estampa
Tiene marcado el destino
Siempre quedarán vagando
Se convertirán en asesinos


La luna llena acompaña tan brutal visión
Alaridos desgarradores se escuchan por los caminos
Es la estampa de la muerte de la guerra y del destino
La manera de evitarla es encontrando un ser divino


Anjanas, hadas y trasgos intentan ayudar al cautivo
Con sus poderes mágicos le sacan de la procesión
Pero esto no siempre pasa ya que es solo cuestión
De que la víctima sea sana y que tenga Fe en Dios.


La procesión cadavérica se ha vuelto a volatizar
Ya ha cesado la tormenta y vuelve la claridad
Todos aquellos incautos que se cruzaron con ella
Vagaran eternamente a la luz de la estrella


La estrella de la maldición por haber sido hipnotizado
Por estampa mortal haber sido secuestrado
Con esos caballos esqueléticos esos soldados alados
Por todo ese terror que nos bloquea, que nos ha cautivado


Procesiones de muertos,
Guerreros harapientos,
Espadas ensangrentandas
Con garras afiladas
Buscando venganza


Pronto en otro camino inhóspito la puedes encontrar
Por mucho que quieras no las vas a poder evitar
Solo sabes como hacerlo teniendo compasión
Siguiendo los consejos que te dicte tú corazón

3 comentarios:

  1. Desgarrador, profundo, terrorífico, visionario, tremendo e impresionante poema dedicado a la muerte, a los muertos a medias, a los muertos en vida y al sufrimiento.
    Cientos de anjanas, hadas, duendes y seres espirituales lo han leído y a partir de ahora irán disolviendo el sufrimiento para que todo quede velado y el escritor se sienta amado y protegido.

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